¿Qué sucede en el mundo?...
Era «la operación más clasificada que haya tenido este Gobierno en muchos, muchos años», dijo el portavoz de la Casa Blanca. Y a pesar de ello, tres horas después de que las pruebas de reconocimiento facial indicasen con un 95% de fiabilidad que el asesinado era Osama Bin Laden, Obama convocó al país para contar la noticia en el discurso más seguido de su presidencia. Antes de la medianoche del domingo, sus altos asesores estaban al teléfono contando los detalles de la operación a todos los periodistas.
A esas horas el Gobierno estadounidense ni siquiera había completado todas las pruebas de ADN que al día siguiente le permitieron confirmar la muerte del terrorista más buscado del mundo con un 99,9% de precisión. Nadie había tenido la oportunidad de interrogar a los únicos que conocen de primera mano la misión. Los 79 miembros de los cuerpos de élite y otras agencias volvieron a su base en EE.UU y se echaron a dormir tan pronto como se lo permitió la descarga de adrenalina. No sería hasta el martes cuando se les despertó para interrogarles y extraer cuidadosamente la versión de los hechos. Para entonces, altos cargos de la Casa Blanca, el Pentágono y la CIA habían dado a la prensa su particular recolección de los hechos, llena de contradicciones que han reducido la credibilidad de una operación militarmente brillante pero desastrosa en el capítulo de comunicación.
Película confusa
El equipo de gobierno no tuvo tiempo para sentarse a coordinar sus versiones sino que se lanzó a una alocada ronda de entrevistas y conferencias de prensa, convencido de que todos sus miembros habían visto la misma película. En la era del Twitter, Facebook... es difícil guardar secretos. El Gobierno de Obama no quiso arriesgarse a que otros explotaran la noticia más importante de la década, ni a perder la oportunidad de perfilar la narrativa.
«Aquí tienes a Bin Laden, el que ha estado inspirando todos esos ataques, viviendo en una mansión de más de un millón de dólares, en un área muy alejada del frente, escondiéndose detrás de una mujer que le pusieron por delante como escudo», dijo el lunes en conferencia de prensa.
Resultó que ni Bin Laden se escondió tras una mujer ni la mansión vale el millón de dólares.
Los últimos minutos
La otra parte más contradictoria del relato se refiere a los últimos minutos de vida del millonario saudí. Originalmente la Casa Blanca sostuvo que los cuerpos de élite encontraron resistencia en la casa y se enzarzaron en una lucha armada. Al día siguiente se admitió que Bin Laden no estaba armado, pero que «puso resistencia», insistió.
Algunas fuentes señalaron que al ser sorprendido en la puerta de su dormitorio por las fuerzas especiales, el líder terrorista no alzó las manos sino que se dio la vuelta hacia el interior de la habitación, lo que dio excusa inmediata a los soldados para volarle la tapa de los sesos con una bala que le entró por encima del ojo izquierdo, y lo remataron de un disparo en el pecho. Su esposa, que se abalanzó sobre uno de ellos, solo recibió un disparo en la pierna. El Gobierno se justificó diciendo que la habitación estaba llena de armas que el terrorista podía haber utilizado...
Si se pregunta a los paquistaníes que revisaron la escena del crimen e interrogaron a los testigos, «la gente de la casa estaba desarmada, no hubo resistencia», «Fue a sangre fría».
En lo que todos coinciden es en que Bin Laden está muerto. La realidad indica que EE UU nunca tuvo intención de capturarle con vida, pese a que el líder de Al-Qaida no les dio la excusa que habría igualado todas las versiones.
Definitivamente... se cuentan distintas historias y se intenta terminar con la violencia y con la guerra pero no se da ejemplo... ¿ Qué consecuencias traerá este hecho?...
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